Texto de Juan M. Valadés Sierra sobre o livro "Manifestos contra o medo"
Na mesa durante a apresentação do livro no Ateneo de Cáceres, no passado dia 5 de Outubro de 2012, no 11.º aniversário da Casa Comum das Tertúlias: Esteban Cortijo Parralejo (moderador e Presidente do Ateneo de Cáceres), Juan José Viola Cardoso (Cônsul Honorário de Portugal em Cáceres), Juan Manuel Valadés Sierra (apresentador e Director do Museo Provincial de Cáceres) e Luís Norberto Lourenço (autor; pela Casa Comum das Tertúlias).
Fotografia de César David.
Manifestos
contra o medo*
Luís Norberto Lourenço
Castelo Branco: Casa Comum das Tertúlias, 2011
Este es un libro de valores.
Como dice Luis Raposo en el prefacio, es la obra de un hombre de un
solo rostro, de un solo parecer, de “antes
quebrado que doblegado”, de quien nunca tendrá un lugar en la corte, pero
un día, esperemos lejano, podrá morir en paz consigo mismo con la tranquilidad
de haber defendido aquello en lo que cree y de haber dejado una buena y
fructífera memoria de su paso por este mundo. Eso sí, como le decía un amigo
tras leer uno de sus escritos, no pensará presentarse a un cargo público en los
próximos veinte años.
El libro es sobre todo un compromiso cívico, en unos tiempos en que nos
estamos resignando a perder la conciencia que debe sustentar un estado
democrático bajo el peso de los argumentos que justifican en la crisis
económica la claudicación de principios hasta ahora innegociables.
El libro reúne una serie de artículos publicados por el autor en
diferentes medios impresos y digitales entre 1995 y 2011, además de otros que
hasta ahora eran inéditos, pero que fueron escritos durante ese periodo. Y hay
que congratularse por el hecho de haber sido reunidos en un volumen, editado
por la Casa Comum
das Tertúlias para que quede constancia del pensamiento y de la actuación de
Luis Norberto Lourenço, que en realidad nos representa, de algún modo, a los
ciudadanos de esta parte del mundo en un momento concreto y complejo del
devenir histórico. Porque probablemente la mayoría de los presentes suscribiríamos
al menos un 80 % de los contenidos del libro.
Hay que decir del autor que es natural de Castelo Branco y Licenciado
en Historia con un posgrado en Educación y Organización de Bibliotecas, su
experiencia profesional se ha desarrollado en el campo de la Biblioteconomía y
de la Enseñanza Secundaria ,
pero sobre todo destaca por su activismo cultural. Entre otros logros, fundó la
Casa Comum das Tertúlias hace hoy
justamente once años, así como “Tertuliando”, el fanzine de esta institución
destinada al intercambio de ideas e iniciativas ciudadanas, especialmente en el
ámbito cultural. Entre las preocupaciones de Luis, el patrimonio cultural ocupa
un lugar central, algo explicable por su formación como historiador y expresado
en una defensa militante del acervo cultural a través de su pertenencia, desde
ocho años, a la
Sociedade dos Amigos del Museu de Francisco Tavares Proença
Júnior en la ciudad albicastrense.
La espina dorsal del libro, línea maestra alrededor de la cual giran
los temas que son abordados en cada capítulo, es la defensa de una postura
activa y comprometida en todos los aspectos de la vida. El autor cree, y
practica, el compromiso con la sociedad democrática; para él, votar es el mayor
derecho de cualquier ciudadano, entendiendo la abstención como una abdicación
de ese derecho. Pero va más allá cuando defiende la militancia partidista como
la mejor manera de llevar a la práctica el proyecto político en que se cree o
que se está dispuesto a defender; en estos tiempos en que tan desacreditada
está la labor política, el libro hace una defensa encendida del compromiso
militante en tanto que compromiso con la democracia. Para Luis, el hecho de
militar en un partido implica compartir ideas y proyectos de manera solidaria,
pero nunca una renuncia a un pensamiento propio y al derecho de expresarlo. En
su opinión, la militancia en el Partido Socialista es el espacio natural y
único en Portugal en que puede desarrollar sus ideas.
El título, “Manifiestos contra el miedo”, es una declaración de
principios en defensa de la libertad de expresión y de opinión; en palabras del
autor, la intervención, la crítica constructiva o el inconformismo son la sal
de la democracia, hablar y escribir libremente debería ser lo más normal en una
sociedad democrática, pero la gente tiene miedo. Quien se expresa con libertad
y dice lo que piensa para unos es un héroe, y para otros un blanco a batir; por
eso, Luis reivindica la abolición del miedo, el miedo que atrofia el
pensamiento y la acción, que limita la crítica y la creatividad. Sólo se puede
luchar contra el miedo hablando, escribiendo, criticando, indignándose,
provocando, practicando la subversión y publicando clandestinamente si fuera
preciso.
Abril es un asunto central a lo largo del documento, casi podría
decirse que la reconquista de la libertad por el pueblo portugués gracias al
Movimiento de las Fuerzas Armadas del 25 de Abril de 1974 es un tema
transversal que impregna todas las páginas del libro. Aquí encontramos el
reconocimiento y homenaje de héroes como Ernesto Melo Antunes, uno de los capitanes
de abril y de los inspiradores del movimiento, coautor del manifiesto que puso
las bases del levantamiento, miembro del Consejo Nacional y ministro en varias
ocasiones, además de Subdirector General de la UNESCO en 1986; una de las
grandes aportaciones de Antunes es el proceso de descolonización que supo
pilotar con el convencimiento de que la autodeterminación de los pueblos
colonizados era una cuestión de honor para el régimen recién instaurado.
Por otro lado, son varias las referencias reivindicativas de la fecha
del 25 de Abril, que lamentablemente algunos gobernantes quieren dejar en el
olvido dejando pasar la efeméride sin ninguna celebración o dándole a ésta un
tono menor; el caso más chusco sucedió en 2004 cuando el gobierno del PSD
decidió quitar la “R” de la celebración y dejó el 25 de Abril en “Evolución” en
vez de “Revolución”. Para Luis, celebrar la Revolución de los
Claveles significa conmemorar el final de la censura y la recuperación de la
libertad de expresión, celebrar la desaparición de la policía política (PIDE),
el final de la guerra colonial, porque una democracia no puede tener colonias,
y de la discriminación femenina, Abril significa la existencia de elecciones
libres y una manera de homenajear a quienes cayeron en la lucha por la Democracia , la Libertad y la Igualdad. El 25 de Abril es el
día que hizo posible la Utopía ,
una palabra que junto a los nombres de Tomás Moro y Erasmo de Rótterdam se
repite en varios pasajes del libro.
Con el mismo espíritu de lucha contra la dictadura salazarista, el
autor rinde sentido y justo homenaje a un personaje casi desconocido en España,
e incluso en su propio país, donde ha sido olvidado si no maltratado al igual
que sucede en nuestra tierra con personas que tuvieron una historia paralela.
Me refiero a Arístides Sousa Mendes, diplomático que en 1939 era cónsul de
Portugal en Burdeos. En noviembre de ese año, el gobierno salazarista prohibió
a sus legaciones dar visados a los ciudadanos judíos, pero Sousa Mendes aplicó
la consideración de territorio portugués a su consulado bordelés y por tanto
puso en práctica un artículo de la Constitución del Estado Novo que decía que en
territorio portugués no podía haber distinción entre los ciudadanos por la
religión que profesaran. De acuerdo con ello, concedió unos 38.500 visados,
muchos de ellos a judíos que de esta manera salvaron sus vidas llegando a
Portugal y muchos de ellos pasando a los Estados Unidos y otros países. Al
igual que Sousa Mendes actuaron otros diplomáticos, como José Luis Archer en
París, Lencastre e Menezes en Atenas, Sampaio Garrido en Budapest, etc. Sousa
Mendes pagó su osadía con su carrera profesional, al ser destituido y murió en
la miseria sin poder sostener a sus 13 hijos mientras el Estado portugués
recibía, al acabar la Guerra Mundial ,
el reconocimiento y las alabanzas de los aliados por su humanitaria labor al
haber salvado las vidas de tantos judíos. Tal como Sousa Mendes hizo en el
consulado portugués, Ángel Sanz Briz hizo lo propio en el consulado español de
Budapest y Eduardo Propper de Callejón en el de Burdeos, colaborando con Sousa
Mendes en la salvación de miles de personas al habilitar su paso por territorio
español camino de Portugal. Todos ellos fueron declarados Justos de las
Naciones por la Autoridad
para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto, quedando para la
historia la explicación de Sousa Mendes, que a sabiendas de su difícil destino
explicó así su comportamiento: “Si miles
de judíos están sufriendo por un cristiano (Hitler), no hay duda que un
cristiano puede sufrir por tantos judíos”.
El interior de Portugal, y en concreto la región de la llamada Beira
interior donde Luis ha nacido y vive, tan cercana a la provincia de Cáceres, es
otro de los grandes temas que se abordan repetidamente en la obra. La
despoblación del interior y el progresivo desmantelamiento de los servicios
sanitarios, educativos, de transporte, culturales, industriales, comerciales,
etc. dibujan un negro panorama para el presente y el futuro de las personas que
viven en esta zona de la
Península Ibérica. Para tratar de oponerse a esa deriva, el
autor hace diversas propuestas que van desde una Reforma Agraria hasta la participación
ciudadana activa en todo tipo de movimientos asociativos, clubes deportivos,
asociaciones culturales, partidos políticos, sindicatos, etc. e incluso la revitalización
de proyectos importantes para la región como la Escuela de Bellas Artes de
Castelo Branco o el Centro Cultural Raiano de Idanha-a-Nova
La regionalización es otro de los temas que aborda como vía para la
profundización de la democracia en Portugal, pero también como medio para
combatir la desertización del interior portugués. A pesar de haber perdido en
1998 un referéndum no vinculante en que quien triunfó verdaderamente fue la
abstención, los socialistas, y Luis entre ellos siguen defendiendo la
regionalización del país como forma de favorecer el desarrollo armónico de
todos los territorios aprovechando al máximo el potencial de una administración
más cercana. En relación con esta profundización democrática, el libro denuncia
la actual privatización desenfrenada, que pone en entredicho el servicio
público en la Educación ,
la Economía ,
la Salud , la Cultura , la Comunicación Social
y tantos otros ámbitos, y que tiende a la aparición de una fractura social
entre quienes pueden pagar por estos servicios y quienes no.
Al referirse a las elecciones para la Presidencia de la República , el autor hace
una apasionada defensa del derecho al voto en Democracia. Como ciudadano,
sostiene que siempre votará para evitar que otros decidan en su lugar, porque
votar es su derecho y un deber cívico, porque las presidenciales son las únicas
elecciones en que se puede elegir directamente al candidato preferido, por
respeto a quienes cayeron en la lucha para un día hacer posible esas
elecciones, para no dar alas a las campañas monárquicas, porque es preferible
ser ciudadano que súbdito, hasta para fastidiar a la extrema derecha y porque
estos temas no salen en las revistas del corazón. En cuanto al dilema entre
democracia y gobernabilidad a la hora de constituir gobiernos estables mediante
un sistema representativo, Luis no duda en elegir más democracia; no está a
favor de un sistema que favorezca a las mayorías, si un partido tiene el 20 %
de los votos, debería tener el 20 % de los diputados, todo lo que no sea eso es
adulterar la democracia.
Aborda también la cuestión de la denuncia y la lucha contra la
xenofobia y el racismo, no sólo contra las actitudes violentas o más o menos
militantes de odio al diferente, sino también y sobre todo contra la
discriminación sutil de quien no se confiesa racista, de quien incluso escudado
en una práctica religiosa frecuente prefiere que sus hijos o sus hermanos se
mezclen con personas de su mismo color de piel, de quienes piensan que cada
grupo social y étnico tiene su lugar y no debe salirse de él, o de quienes
miran con comprensión el revisionismo del holocausto o tratan de justificar
actitudes antisemitas. Respecto a la inmigración, datos de 2001 demuestran que
el Estado portugués logró un saldo positivo de 325 millones de euros entre lo
que invirtió en sanidad, educación, seguridad social, justicia, vivienda y
equipamiento destinado a los 450.000 inmigrantes que tenía en aquel momento y
las aportaciones de éstos en forma de impuestos a la Hacienda pública; frente
a las actitudes maximalistas de muchas personas y algún partido político que
abogan por la expulsión de los inmigrantes ilegales, Luis se pregunta si esas
personas también defenderían la expulsión de los alrededor de 5 millones de
portugueses residentes en el extranjero, muchos de los cuales también emigraron
ilegalmente de su país.
España aparece también en el libro, con motivo de los atentados del 11
de marzo de 2004 y las elecciones generales que llevaron al poder al Partido
Socialista en ese mismo mes, sobre todo para extraer una enseñanza y aplicarla
al caso portugués como país que también apoyó la invasión de Irak y fue
anfitrión de la foto de las Azores, por aquello de las barbas del vecino. En
todo caso, el autor llama la atención sobre la necesidad de mejorar la
seguridad en Europa frente a la amenaza terrorista, pero sin perder de vista el
pleno ejercicio de las libertades; ni siquiera un estado policial puede impedir
ataques terroristas, en Democracia, donde Luis manifiesta que quiere vivir, es
aún más difícil impedirlos, pero eso no significa que no se combatan. La
seguridad, la autoridad y la eficacia deben coexistir con el debate democrático
y el pleno ejercicio de las libertades.
El libro es, pues, un repaso casi exhaustivo a todos los temas
sociales, políticos y culturales en Portugal, y especialmente en la Beira interior. Una serie de
aspectos que nos es muy cercano. Luis ya ha presentado el libro en Salamanca
como expresión de su voluntad de compartir con los ciudadanos de este lado de la Raya la intervención cívica
que está desarrollando desde hace más de veinte años. A nosotros no nos queda
sino agradecerle su libro y su interés por estar aquí.
*Juan M. Valadés Sierra
Director del Museo de Cáceres
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Nota editorial:
Texto da apresentação do livro em Cáceres, enviado por Juan M. Valadés Sierra.
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